Las 8.00 y ya están donde siempre Oscar, Paquito, Tomás y
Rubén. Al poco llego yo y detrás de mí Javi princesa y Josean, que viene a
presumir de flaca.
Tras los 10 minutos de vacile de rigor ponemos rumbo al León
Dormido, zona de paso para subir al Yoar, que una ruta que tenía en mente desde
hace unos días.
A media subida Paquito, Tomás, Rubén y Javi deciden ir a
llanear porque la ruta de hoy va a ser de agárrate los machos.
Nos hacemos la fotito de rigor y el grueso del grupo (no es
porque estéis gordos, jeje) va a hacer una
vueltita suave para coger un poco de fondo.
Oscar y yo ponemos rumbo a La Población, subimos a buen
ritmo y paramos a repostar, que ninguno conocemos la ruta y no sabemos cuándo
cogeremos agua de nuevo.
De ahí cogemos la carretera que lleva a los aerogeneradores
y tras unos momentos de duda cogemos una senda a la izquierda que conduce a Marañón.
Al principio hay que bajar el sillín porque los escalones son generosos (Rubén
la hubiera gozado!), más adelante se convierten en simples pedruscos y en los últimos kilómetros la piedra es más
fina y soltamos frenos, una gozada de bajada!
Llegamos a Marañón y siguiendo las indicaciones del GPS
cogemos unas pistas que nos llevan a Genevilla. Nos echamos una fotillo y seguimos.
A la izquierda se veía la Muela de San Román y el valle que en estas
fechas y gracias a la lluvia ofrecían un paisaje espectacular.
De ahí cogemos un desvío a la derecha y al poco rato y tras
pasar por un embalse la ruta está marcada con postes en los que se lee btt.
Justo antes de llegar a Sta Cruz de Campezo la pista vira a
la derecha y es aquí donde empieza la verdadera subida y hay que tirar de
molinillo para evitar que se disparen las pulsaciones. Para más inri habían
cubierto las piedras con una gruesa capa de madera triturada que hacía que nos
hundiéramos con el siguiente esfuerzo para avanzar, cuando no eran de pedruscos
que hacían patinar la rueda trasera y perder el equilibrio era cosa fácil.
Las rampas cada vez eran más duras llegando a superar en
algún caso el 20%.
A mitad de camino vimos una pareja de ciervos que, tras unos
segundos de curiosidad, se adentran en el bosque perdiéndonos de vista.
Comemos un poco y proseguimos la dura marcha que, en alguna
ocasión nos obsequiaba con unos metros de llano en los que reponer fuerzas para
continuar.
Cuando quedan 3km para la cima nos encontramos con una
pareja de excursionistas que bajan con polainas y nos avisan de que es
imposible cumbrear debido a la nieve de la cara norte, que es por la que
estábamos subiendo.
Haciendo caso omiso seguimos hacia arriba y nos encontramos
los primeros tramos de nieve que nos obligan a bajarnos y empujar la bici. A
duras penas podemos ya que las fuerzas están al límite…
Encontramos de nuevo un tramo limpio de nieve y, sin llegar
a los 10 minutos de pedaleo, encontramos otro grupo de excursionistas que nos
dicen que se han hundido hasta la cintura en la nieve y que no hay huella que
seguir.
Dudamos ya que con la hora que era y los km que llevábamos
encima no nos veíamos capaces de deshacer el camino.
Finalmente decidimos hacerles caso y nos damos la vuelta. La
bajada pone a prueba la mecánica de las bicicletas y la fuerza de nuestros
brazos ya muy mermada.
Una vez abajo pedaleamos hasta Sta Cruz y de ahí cogemos la
carretera pensando que será la vía más rápida de llegar a Logroño.
El fuerte viento nos devuelve a la cruda realidad y tenemos
que hacer relevos para llegar a Genevilla, de ahí a Cabredo y, cogiendo el
desvío de la izquierda empezamos la ascensión al León Dormido por la cara
norte.
A medida que íbamos subiendo el puerto sacamos el pulgar a
los coches que pasaban por si algún alma caritativa nos subía hasta La
Población, pero todo era en vano.
A falta de 3km para coronar Oscar rompe motor, sus piernas
se niegan a dar una pedalada más y tiene que sentarse junto al quitamiedos. Un
monovolumen para y muy amablemente nos ayuda, metemos la bici de Oscar y al él
mismo al maletero y lo suben a La Población. No hay hueco para más así que a mí
me toca sufrir un rato más.
No contento con ello parece que iba pinchado y la llanta
toca el asfalto. Hincho la rueda rezando para el pinchazo sea pequeño y el líquido de la
cámara haga efecto, parece que va perdiendo aire pero poco a poco. Puesto que
el tiempo apremia meto plato, bajo piñones y aprieto los dientes para llegar lo
antes posible. En 11 minutos me planto
arriba y Oscar ha conseguido un gel que le ha dado un ciclista que pasaba por
ahí y le ha visto cara de consecuencias.
Repostamos líquido y veo que tengo la cubierta trasera
seriamente dañada, con lo que sin perder tiempo ponemos rumbo a Meano, de ahí a
Yécora, Oyón, llegando exhaustos a Logroño a las 15.30h.
Finalmente unos 83km con bastante desnivel y 7h de pedaleo
pero vive Dios que volveremos a intentarlo cuando no haya nieve!
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6 comentarios:
mis mas sinceras felicitaciones por los hue...que le habéis echado siento que mi cuerpo no este todavía para esos trotes
Bah! Dentro de nada te la haces de caballillo :)
Madre mia chicos me imagino lo que habeis pasado son unas maquina ahora que seguro no hay quien les siga je je muy buena la cronica ivan la verdad que piesnso que esto es lo tuyo un saludo a todos
Gracias Nati, la verdad es que me gusta escribirlas :)
Animate a salir con el grupo que se echa de menos el toque femenino, jeje
un beso
Cojonuda la crónica como siempre Iván.
Vosotros unos colgaos, que casi la preparáis como Amancio. ¡¡Viciosillos de la BTT!!
Nos vemos.
Javi CN
Gracias javitxu! Ahora 2 semanas de sequía.
lo bueno es que volveré con tija pija bajo el brazo ;)
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