miércoles, 23 de junio de 2010

PEÑA SAIDA (POR CRISTINA )

Esto no es habitual pero como dijo que quería hacer la crónica .aunque sea un poco tarde se la publicamos, pero que no sirva de precedente.

Tuve lo loca idea de llevar a la Peña Saida a un paseo que he hecho algunas veces en el verano pasado, por estas fechas. Para mí, es un paseo muy duro, con mucha subida, que me hace sentir que he hecho un día de buen ejercicio. Además, esta ruta tiene una bajada técnica, estrecha y larga, que me agrada mucho... es una de mis bajadas favoritas por La Rioja… pero, como he dicho, tiene mucha subida.
Hemos empezado el día un pelín más tarde que otros domingos... que rico... tuve un poquito más de descanso… hemos quedado a las ocho, en vez de a las siete. Con el cuerpo cargado de café, estuve animada e ilusionada por enseñar a todos esta ruta (aunque la mayoría de ellos ya la conocía). Salimos de Logroño a toda ostia... y yo con la bici prestada de Tomás… nuestro alto hablador. La bici es una Trek, .. muy buena (en su época), pero terriblemente grande para una pequeñaja como yo. La primera parada fue en Viguera para coger agua de la fuente. Con Javier hablando de los huevos del desayuno en el bar, me ha entrado un hambre salvaje, para que tenia que meter unas barras energéticas por la garganta.
Después de Viguera, la subida realmente ha empezado. Primero hasta La Gravera, con una temperatura buena para subir, aunque era un poco plomizo y constantemente amenazando de mojarnos. Pues subimos... y subimos… y subimos… paramos algunos minutitos para meter otra barra y tres o cuatro orejones (mucha azúcar). Luego seguimos, si, subiendo, y subiendo, y subiendo… hasta que muy cansados nos encontramos con una inevitable sopa de barro, entonces paramos, o mejor dicho … la bici prestada de Tomás paró debido a una carga de barro que no permitía a las ruedas rodar. Como podrán imaginarse, intenté con todas mis fuerzas ir andando con la bici, pero con tanto barro no conseguí más que arrastrar a la pobre bici algunos metros hasta que por fin me di cuenta que tenía que quitar el barro de la bici antes de continuar. Lo que realmente no estaba tan mal porque ya estaba cansada de tanta subida. Así que, con algunas palabrotas (o muchas), empecé a quitar el barro con ayuda de un palito. Luego seguimos con la subida. En este momento, no todos estaban tan alegres de conocer la ruta favorita de la loca californiana. Bueno... por fin llegamos a la cima y encontramos el camino que nos lleva a la bajada. Paramos un momento para una foto y continuamos subiendo y bajando hasta llegar a la bajada de verdad. Cogimos el sendero con muchas ganas, principal mente yo, pero de repente empecé a sufrir, con la bici prestada estaba torpe y lenta, recordaba cuando empezaba a andar en bici de montaña y me llamaba a mi misma una “gallina”. Bueno, aunque la bajada era dura, era todavía preciosa y al final terminé con la agradable sensación que todos los ciclistas conocen, la agradable sensación que este deporte aporta!!!