Domingo 08.00h, voy al punto de encuentro y ahí están Jordi, Naldo, Jose, Pelopaja, Angel, Luisito, los momias Sergio y Loren y Adolfo acompañado del heredero, Adolfito.
Hoy nos proponemos subir a las neveras de Sojuela así que vacilamos un poco al pequeño y al padre también jeje y salimos a ritmo tranquilo. En teoría es para que Adolfito nos siga el ritmo, pero todos sabemos que es para que Adolfo no se quede atrás jajaja.
Transcurrido un ratito llegamos a Lardero, aquí paramos a echar la foto de rigor para dejar constancia de la hazaña del pequeño Adolfito.
El resto seguimos hacia Prado Salobre y ahí como la cuesta de las vacas está muy rota subimos por el camino de la derecha.
A los pocos km hacemos honor a nuestro nombre y Jose tiene que parar porque la llanta trasera va tocando suelo. Hinchamos a todo meter y de nuevo en marcha confiando que el líquido haga su efecto.
Entre una cosa y otra nos perdemos, que si yo te seguía a ti, que si hay que ver, que si los momias no tienen ni idea… el caso es que nos habíamos desviado y tenemos que coger un poco de asfalto para retomar el camino que sube a Sorzano.
Ahí parada obligada que Lorenzo aprieta de lo lindo y después ya no va a haber más agua. Yo directamente me meto de cabeza en el pilón que ya voy recalentao.
Tras estar un rato buscando a Jose que se nos había perdido lo encontramos y nos cuenta que había ido a buscar un compresor para hinchar la rueda, El Pinchazo no escatima en medios ;)
Al poco de empezar a subir nos damos cuenta de lo que nos depara el día, calor, mucho calor! Y además el piso está completamente roto, las lluvias se han llevado todo y nos han dejado el camino desnudo y lleno de cantos rodados, parecía el lecho de un río! Con lo que subir se hace si cabe mucho más duro.
El pobre Luisito a lomos de su Ferrus Pesadus es el que peor lo pasa, madre mía el mérito que tiene este chaval, hay que hacerle un monumento!
Transcurridos unos km por fin llegamos a zona de árboles, con lo que agradecemos la sombra y sobre todo que el firme se vuelve más noble.
De ahí ya sin más demora le damos al botón de hiperespacio y cumbreamos en el puesto de vigilancia, tiempo para comer un poco, reponer fuerzas y bajar a ver las neveras que alguno no las conocía.
Ahí nos echamos unas cuantas fotos (hay que decir que casi todas las fotos son cortesía del amigo Loren, un fenómeno)
Hoy estaba un poco peor que la última vez que la bajé pero eso no nos impidió disfrutar de esta icónica bajada entre ramas, raíces, tocones y piedras. Además nadie besó suelo, lo cual nos deja mejor sabor de boca si cabe.
De ahí tiramos a la derecha por la senda del molinero y menudas zarzas que pillamos, terminamos todos como si nos hubieran metido en un cuarto oscuro con una manada de gatos salvajes, menudos arañazos…
En Sojuela cogemos agua, comemos un poco y por la cuesta de las vacas a Logroño.
La ruta hoy muy dura por el calor y el terreno pero un 10 por la compañía.
Como siempre os dejo el perfil y el track